miércoles, 7 de noviembre de 2012

La casa movediza


Vivimos en una casa que se mueve cada vez que un camión pasa por la calle. En una casa que se balancea como una canoa que descansa en algún lago. Salgo al balcón y el sol me acaricia, pero hoy los cerros no se ven en el horizonte. Igual respiro. Hay un México distinto en esa hora que no es ni de día ni de noche. Ayer, en la sobremesa, soñamos Chiapas, el estado más bello según me cuenta Cate. Le creo. En la madrugada, unas horas después de esa charla la tierra del subcomandante Marcos tembló y también mi cama, que se agitó durante dos minutos eternos, tanto como el espejo de la pared, que golpeteaba firme como si la casa se hubiera poblado de tambores vivos


Por María Hegouaburu

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