sábado, 26 de mayo de 2012

Una noche caliente en Londres


Domingo 04 de Marzo de 2012
El sur de Londres en Brixton, del otro lado del Támesis, es otra de las zonas de la ciudad marcada fuertemente por la multiculturalidad, con más del 24 % de su población con raíces afro-caribeñas. Gran parte de los 200 mil colombianos radicados en la ciudad conviven allí con cubanos, venezolanos, peruanos y londinenses, entre otras nacionalidades. Es el barrio de las arepas, los pimientos, la carne de cerdo asada y frita y los frijoles negros con arroz. Y es la noche de la salsa y el regetton. 

Por eso el jueves pasado fui a ver a Los Van Van, la clásica orquesta Cubana formada en 1969 en la Habana, con más de 20 músicos en el escenario, tocando con tal maestría que parecía estar escuchando a un sólo ser, complejo y armónico. Después de pasar 5 meses con frío y nieve, la noche del recital recordé que era algo más que una mente productiva y útil. Desde el minuto uno, mis pies y mis caderas no podían parar de moverse, atraída por la energía intensa proveniente de los tambores y violines. Risas y baile sin pensamientos, sólo cuerpos celebrando el ritual del momento. Mujeres europeas buscando lo diferente, encarando ellas a los latinos para sentir sus piernas entre las suyas y sus manos en las cinturas, marcando el ritmo de los pasos y de los latidos de la pista. Me di cuenta que para mí, una chica argentina de América del Sur, lo que estaba viendo no me era ajeno ni exótico del todo, porque el tango y la cumbia también necesitan de la pasión y la sensualidad del hombre y la mujer para el juego de la conquista. Y eso es lo que los ingleses no tienen, y persiguen y encuentran en las fiestas de los caribeños y sudamericanos. 


Por María Hegouaburu

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